Aunque la mayoría de veces estoy yo sola en la cocina de mi casa (espacio totalmente invadido por mí, mis ingredientes y batidoras), horneando mientras escucho probablemente 1989 de Taylor Swift, estoy convencida que cuando cocino con mis amigas todo es más divertido. Debe ser porque “Compartir es el secreto de vivir” como me enseñó mi papi hace tantos años.
Mi mayor recuerdo de cocinar con una de mis amigas es cuando estaba en el colegio y hacíamos galletas con Adriana, probablemente si eso no hubiera pasado, Biscotti no existiría hoy, así que eso, como muchas cosas más de mi vida se lo debo a ella. Todas las veces que la he visitado en Chicago hemos cocinado desde cero, muchas recetas deliciosas. Con el paso del tiempo llegaron nuevas amigas increíbles como Isabela, Valeria, Daiana y Valentina.
Con Isabela comenzaron las cenas veganas en su casa, nos reuníamos una vez al mes a cocinar con algunos amigos y experimentar nuevas recetas totalmente libre de ingredientes derivados de animales. Las cenas eran un éxito y la comida siempre era deliciosa. Una vez al mes, Isabela lograba que todos sus amigos se conviertan en veganos al menos por un día. Espero que en el futuro cercano Isa y las cenas veganas regresen.
Con Valentina nos reunimos muy a menudo a cocinar en su casa, con cenas temáticas donde tratamos de hacer todo desde cero. Cenas italianas, mexicanas, francesas, belgas. Nos tomamos todo muy enserio, así que si hay que hacer pasta fresca desde el inicio, lo hacemos. Creo que no he conocido a alguien tan entusiasta en la cocina como ella, por eso nos llevamos tan bien.
Con Valeria y Daiana también nos hemos reunido a cocinar (la última vez hicimos tacos de pescado, que quedaron demasiado ricos). Escogemos alguna receta, vamos al súper y cocinamos juntas.
Esta receta que les quiero compartir la hice esta semana con mi gran amiga Daiana, compartimos obsesión por el chocolate y los dulces en general, a quien vamos a engañar. Decidimos hacer esta receta deliciosa de Blondies (adaptada del libro de Alice Medrich) y le agregamos jengibre, nueces y chocolate, obviamente.
Hay una palabra que me encanta y tiene el significado perfecto para lo que pasa cuando estoy con mis amigas en la cocina. Paciugo, una palabra italiana que en inglés significa “Messy Concoction”, y en español sería algo así: “cocinar con los amigos, crear recetas desde el inicio con ingredientes frescos, divirtiéndote”. Eso es lo que nos pasa cada vez que nos reunimos a cocinar con mis amigas queridas. Este post está dedicado a ustedes cinco: Adriana, Isabela, Valeria, Valentina y Daiana que son inspiración en mi vida y en mi cocina <3
Aquí les comparto la receta, como siempre me cuentan si la hacen y suban fotos también. Gracias por leerme.
MJ <3
P.D.: Todas las fotos de este post fueron tomadas por Daiana.
BLONDIES DE JENGIBRE, NUECES Y CHOCOLATE.
Ingredientes:
- 1 taza de harina
- ½ cucharadita de polvo de hornear
- ¼ cucharadita de sal
- 1 cucharadita de de jengibre en polvo
- ½ taza de mantequilla (113 gr.)
- ¾ taza de azúcar morena más dos cucharadas
- 1 huevo
- ½ cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharada de ron o whisky (opcional, nosotras no usamos, en mi casa a veces solo hay cerveza, no les voy a mentir)
- ½ taza de nueces cortadas en trocitos
- ½ taza de chocolate cortado en trocitos (mientras más grandes, mejor)
Preparación:
- Precalentar el horno a 350°F. Engrasar una lata para hornear o un pyrex de los que se usan para negritos.
- Mezclar harina, polvo de hornear, sal y jengibre. Reservar.
- Derretir la mantequilla en un sartén pequeño. Retirar y luego mezclar con el azúcar morena. Usando una cuchara de palo, mezclar el huevo y vainilla.
- Lentamente, agregar los ingredientes secos seguidos de las nueces y chocolate.
- Ubicar en el molde previamente engrasado y poner más nueces y chocolate encima.
- Hornear de 20 a 25 minutos. Retirar del horno y dejar reposar por unos 10 minutos antes de cortarlos en cuadrados pequeños y servir.
